No te mereces a este doliente
Me siento en la incapacidad de querer menos
En la inconformidad de dar poco
Hacerme la vista gorda cuando todo está en mis narices.
Te mereces que vaya alguien de la mano contigo según tus exigencias, que son pocas, he tratado de comprender como puedes vivir sin el suficiente afecto donde no le interpretes como agobiante, asfixiante y última instancia acosador.
Me siento incapaz de no hacer nada y no demostrarte nada, en vista que esto te hace sentir más cómoda que tener a un crío detrás de una mina que se enamora en el cole y le persigue hasta que llegue a su casa, o se acuesta aún con la ropa después que te abrazó solo para imaginarse que aún le tiene al lado.
Que inconformidad sentirse de brazos, manos y tobillos amarrados aún estando libre y a tu lado, cuidando cada palabra, inclusive, obviando el hecho de que te quiero y te amo, que decirlo pesa más que un muerto del solo pensar tus expresiones faciales al escucharlo o peor aún, verte en silencio.
Y fingir y hacerme la vista gorda ante la situación latente, perenne y obvia de que señorita, a usted le quiero más que a mi propia vida que también es tuya y que en las decisiones de la misma, primero está tu nombre luego están mis acciones, que me veo aquí en unos años ya no escribiendo sobre ti, sino para ti, que no quiero vivir de historias pero si quisiera contarte cuantas noches y cuantos medio días no perdí pero si te idealice.
Consígase un amor a medida, a mi me enseñaron a querer y apreciar al cien, no al veinte ni mucho menos al cincuenta, o quiero al todo por el todo o no quiero nada, yo no soy lo que te mereces, pero si sos lo que quiero merecer.